Seguramente muchas personas cocinan el hígado con menos frecuencia de lo esperado sólo porque no pueden lograr resultados de alta calidad.
No todas las amas de casa conseguirán que los despojos queden tiernos, jugosos y sabrosos.
Sin embargo, con la ayuda de cinco trucos probados se puede controlar esta situación, afirma la cocinera Yulia Arkhipova, experta en cuestiones culinarias de la publicación de la red BelNovosti.
Por alguna razón, algunas personas creen que incluso una pequeña cantidad de refresco puede estropear un plato y dejar un regusto desagradable. Esta es una idea errónea.
El bicarbonato de sodio puede ablandar cualquier hígado, por lo que puedes usarlo de manera segura.
Pocas personas conocen este truco, aunque te permitirá conseguir resultados muy impresionantes. El método es sencillo de utilizar. Para ello, basta con colocar el hígado ya picado en agua caliente durante medio minuto.
Luego podrás continuar con el resto de manipulaciones.
El hígado rara vez se cocina por separado de otros productos, ya que su sabor se revela mejor cuando se cocina con verduras. Por lo tanto, primero conviene sofreír la cebolla y cocinar el hígado sobre esta “almohada”.
El hígado se cocina bastante rápido, por lo que no tiene sentido cocinarlo demasiado en la estufa. Si ignora esta recomendación, el hígado quedará seco y sin sabor.
Como ocurre con otras carnes, es mejor añadir la sal al final. De lo contrario, todos los jugos "desaparecerán" del hígado.
Anteriormente hablamos de cómo cocinar correctamente las tortitas de patata para que no se pongan negras .