El té con leche se considera una bebida tradicional, pero esto no aporta claridad a su preparación.
Durante más de dos siglos ha habido debates sobre el tema: ¿se debe añadir leche al té o té a la leche? Para los gourmets esta es una diferencia fundamental.
Como suele decirse, no filosofes y recurre a las fuentes primarias. La fuente más accesible en este caso son las instrucciones del fabricante.
Al describir el sencillo proceso de preparar té, recomienda utilizar azúcar y otros aditivos al gusto, incluida la leche.
De ello se deduce que se agrega leche al té terminado.
Después de que los científicos intervinieran en este debate, surgió otro punto de vista motivado.
Por supuesto, los expertos han llegado a la conclusión totalmente opuesta y simplemente insisten en que es correcto añadir té a la leche.
Si hace lo contrario, bajo la influencia de las altas temperaturas, la proteína contenida en la leche se destruye.
El proceso es irreversible a temperaturas superiores a 75 grados centígrados.
Esto significa que el té ya no será tan sabroso e incluso amargo.
Si agrega agua caliente (té) a la leche, se reduce la probabilidad de destrucción de proteínas.
Pero al final, la temperatura de la bebida no debe superar los 75 grados centígrados.
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