Las albóndigas rellenas de bayas resultan bastante brillantes y sabrosas.
Sin embargo, a veces puedes encontrarte con problemas: el relleno literalmente se sale.
En este caso, el plato definitivamente no se servirá.
Pero con la ayuda de algunos trucos podrás solucionar este importante problema.
No dejes la masa demasiado “empinada”: el exceso de harina provoca una pérdida de elasticidad, por lo que las albóndigas se abren durante el proceso de cocción.
Para que la masa mantenga mejor su forma durante la cocción y no cause sorpresas desagradables, conviene añadir una pequeña cantidad de aceite vegetal a la masa.
Para evitar que el relleno intente “escaparse”, lo mejor es elegir frutos rojos congelados como base. Esta es la mejor opción.
Lo importante es elegir el grosor correcto de la masa. Como regla general, no debe exceder los 1,5 centímetros.
Además, no seas perezoso: pellizca bien los bordes.
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