El queso con miel es una combinación aparentemente simple, pero incluso así requiere el cumplimiento de una serie de reglas: solo así podrás revelar el sabor de ambos ingredientes.
Los profesionales de la cocina recomiendan mezclar diferentes sabores, crear verdaderas “composiciones” de sabores amargos y dulces o mezclar sabores ácidos y ácidos.
El primero en esta lista es una “combinación” de miel de flor de acacia y queso Adyghe. Este último se puede sustituir por Camembert sin pérdida de sabor.
Si eres amante del parmesano o del cheddar, elige miel de castaña o de trigo sarraceno para acompañarlos.
El sabor del queso azul se realzará con la miel de trébol.
Si por casualidad pruebas la miel de pino oscura, espesa y viscosa, en la que se sienten claramente notas de caramelo, amargor y aroma a agujas de pino, como “compañera” con la que emprender un viaje gastronómico, puedes elegir cualquier queso: desde camembert hasta variedades suaves.
Finalmente, la miel de brezo, que tiene un regusto ligeramente amargo, “alegrará” el queso servido con una taza de espresso.
Anteriormente escribimos sobre qué alimentos pierden sus propiedades beneficiosas cuando se cocinan.