La apariencia apetitosa es una característica importante del borscht.
Si el plato resulta de color rojo pálido, es evidente que al gourmet no le resultará tan sabroso como le gustaría.
Es poco probable que los hogares y los invitados queden encantados con una sopa así.
Pero si el borscht adquiere un color rojo intenso, entonces el plato se convertirá en un verdadero "éxito": todos querrán probarlo.
Y esto no tiene nada de sorprendente: el tono antes mencionado despierta el apetito. Además, el plato queda muy bonito.
Pero, ¿cómo conseguir que el color de los alimentos resulte brillante? Algunos cocineros experimentan con vinagre o jugo de limón.
Sin embargo, es mejor no correr riesgos: debes evitar los ingredientes adicionales. Pero las remolachas deben “procesarse” de cierta manera.
Antes de comenzar a cocinar el tubérculo, conviene cortarlo en tres partes iguales.
Los dos primeros trozos se deben cortar en cubos pequeños o en tiras. La masa resultante se debe colocar en la sartén inmediatamente.
El resto de la verdura se debe reservar. Debes recordarlo unos 20 minutos antes de terminar de cocinar el borscht.
Un tercio de las remolachas se deben picar finamente. Para hacer esto, use el rallador más fino o un procesador de alimentos.
La papilla resultante debe acabar en la sopa un cuarto de hora antes de que finalice la cocción.
El tiempo restante es suficiente para que las remolachas añadidas estén listas. En este caso, el color simplemente no tendrá tiempo de desaparecer. El plato quedará de un rojo intenso.