Se cree que las fresas no son la mejor fruta para congelar. La afirmación es cierta sólo si las bayas se congelan enteras.
Además, existen mitos populares que sólo estropean todo y no mejoran el resultado. Se trata principalmente de agua y azúcar.
Mucha gente sostiene que no es necesario lavar las bayas. Supuestamente, el exceso de humedad estropeará el sabor y hará que las bayas estén aún más aguadas después de descongelarlas. Pero después de descongelarlos, seguirán estando aguados y, si no los lavas, la arena crujirá en tus dientes.
Por lo tanto, las bayas deben lavarse, incluso si parecen limpias.
Para eliminar el agua, debes secar las bayas en servilletas después de enjuagarlas.
Los partidarios de un estilo de vida saludable y el PP aseguran que las fresas deben congelarse sin azúcar. Pero el hecho es que si congelas puré de fresas o simplemente bayas picadas, en su forma pura, después de descongelarlas, perderá parte de su sabor y contenido de azúcar.
El azúcar granulada o el azúcar en polvo pueden compensar esta deficiencia.
Para evitar errores, tome 200 gramos de azúcar por 1 kilogramo de bayas. La cantidad puede variar en función de las características de la variedad y del grado de madurez de las fresas.
En cuanto al embalaje, no existen restricciones. Las bayas en puré o trituradas se congelan en recipientes, botellas de plástico e incluso en bolsas herméticas y cubiteras.