Algunos amantes de los dulces no ponen los plátanos en la zona de frescura o en uno de los estantes del frigorífico, sino en el congelador.
Y lo hacen por una razón. El hecho es que este método de almacenamiento convierte la fruta en un ingrediente elegante para un postre muy conocido.
Estamos hablando de helado. La pulpa de plátano congelada hace que esta delicia sea mucho más apetecible.
Además, el ingrediente asegura que el postre tenga la consistencia cremosa ideal.
Antes de meter las frutas en el congelador es recomendable quitarles la piel.
Además, es recomendable cortar la pulpa en círculos.
De esta forma, el plátano se debe colocar en una bolsa. Y no lo viertas, sino extiéndelo con cuidado para que los trozos de fruta no entren en contacto entre sí.
Las frutas congeladas deben colocarse en un procesador de alimentos o licuadora y llenarse con leche.
Para medio kilo de plátanos deben faltar 250 mililitros de bebida.
Después de mezclar, debes obtener una masa de consistencia homogénea.
Esto es helado. Pero antes de utilizarlo es recomendable trasladarlo a un recipiente y enviarlo al congelador para volver a congelarlo.