En la mayoría de los casos, el puré de patatas se prepara según un esquema estándar, pero no del todo correcto.
A las patatas hervidas se les quita el exceso de humedad y se procesan inmediatamente con un machacador de patatas. La masa resultante se mezcla con leche y mantequilla.
¿Tú también haces esto? Entonces no se sorprenda de que la guarnición no adquiera la consistencia ideal y el sabor brillante.
Los chefs experimentados recomiendan cambiar ligeramente el orden en que se crea el plato.
Las patatas no se deben triturar antes de añadir el ingrediente lácteo.
Primero, la verdura en la sartén debe eliminar el exceso de humedad. Para ello, devuelva el recipiente al fuego y encienda el fuego.
Después de un par de minutos, vierte la bebida blanca en la sartén. Las patatas deberían permanecer enteras por ahora.
Es recomendable verter no solo leche. Debes utilizar una mezcla de bebida láctea y nata. La proporción de componentes debe ser igual.
Si se cumple esta condición, el puré adquirirá un interesante sabor cremoso.
Se debe calentar el contenido de la sartén (patatas + mezcla de nata y leche). El procedimiento debe realizarse hasta que el líquido blanco comience a hervir.
Habiendo logrado el resultado deseado, el cocinero puede apagar el fuego, echar un trozo de mantequilla en la sartén y luego comenzar a triturar la verdura.
El resultado es una guarnición increíblemente apetitosa, que recuerda a la consistencia de la crema.