Si los panqueques siempre salen planos y gomosos, entonces debes prestar atención a una opción interesante para preparar el plato.
Resulta que el uso correcto de un componente conocido te ayudará a preparar un plato increíblemente esponjoso y tierno.
El secreto está en cierta forma de añadir el huevo crudo.
En la mayoría de los casos, se añade todo el ingrediente a la masa. ¿Por qué no intentar dividir el producto primero?
Antes de añadir a la base de la tortita, es recomendable separar el huevo en yema y clara.
Además, la parte blanca del producto debe actuar como ese componente secreto que hace que el plato sea aireado.
Se debe batir la clara y solo luego agregarla a la masa.
Como resultado, aparecerá en la masa un ingrediente saturado de burbujas de aire. Los panqueques quedarán muy esponjosos.
Para que el plato adquiera la consistencia deseada conviene prestar atención a otros trucos.
En primer lugar, no se puede verter kéfir frío en la masa. La bebida láctea fermentada debe alcanzar al menos la temperatura ambiente. Y si lo calentáis un poco quedará aún mejor.
En segundo lugar, la base preparada debe "descansar". Si usa la masa de inmediato, es poco probable que obtenga panqueques esponjosos. Deja reposar la mezcla durante al menos un cuarto de hora.