De todos los productos semiacabados, mi plato favorito son las albóndigas. Incluso un niño puede cocinarlos, pero no todos pueden cocinarlos deliciosamente.
La razón es que a veces las albóndigas ya preparadas tienen una masa dura. Te contamos tres secretos sobre cómo solucionarlo todo.
Para que la masa y la carne picada se cocinen de manera uniforme, es necesario tener en cuenta dos puntos.
1. A menudo se recomienda remojar las albóndigas durante tres minutos en agua fría.
De esta manera, puede normalizar la temperatura y el sabor de los productos semiacabados será mejor que el de los que se colocaron en agua inmediatamente después del congelador.
Además, después de esto las albóndigas no se pegarán y la masa no se esparcirá.
2. Las albóndigas no se echan al agua hirviendo. El agua debe estar hervida, pero no hirviendo. Algunos incluso recomiendan arrojar bolas de masa al agua a una temperatura de 55 a 60 grados, es decir, cuando aparecen las primeras burbujas en el fondo.
3. Después de que los productos semiacabados estén en el agua y hierva, es necesario agregar un vaso de agua fría. Después de hervir nuevamente, se repite el procedimiento.
Esta técnica permite normalizar la temperatura del agua y cocinar la masa y el relleno de manera uniforme.
¡Buen provecho!