Para hacer tartas de queso, necesitas hacer una masa de cuajada.
Lamentablemente, su consistencia no siempre contribuye a mantener la integridad del plato.
La base puede estar tan húmeda o quebradiza que los pasteles de queso se desmoronarán en el molde.
Sin embargo, las amas de casa experimentadas casi nunca se enfrentan a este fracaso culinario. Y todo gracias a un pequeño truco.
Los cocineros novatos pueden decidir que para lograr el resultado deseado tendrán que agregar más harina. O utilice algún ingrediente adicional.
Pero no. Vale la pena elegir la estrategia opuesta. Es decir, abandonar uno de los componentes.
El extra es la clara de huevo. Gracias a ello, la base de cuajada sale más líquida. Y esto hay que evitarlo.
“¿Qué pasa con la yema?” - probablemente preguntarán muchos cocineros aficionados.
La respuesta es simple: este ingrediente es necesario. Después de todo, la masa aún necesita hacerse homogénea. Solo sin viscosidad ni humedad adicionales.
Así, si a la hora de preparar tartas de queso no utilizas un huevo crudo entero, sino solo su parte amarilla, las tartas de queso no se desharán y quedarán muy apetecibles.