Las chuletas son un clásico del género en cualquier cocina y no existen recetas para prepararlas.
A las chuletas se les añaden especias, manteca de cerdo, mantequilla, verduras, huevos, hielo picado y sémola, lo que quiera, teniendo en cuenta las preferencias personales. Y cada receta es buena y sabrosa a su manera.
La polémica más frecuente la provoca la leche, que se suele añadir a las chuletas picadas para conseguir mayor suavidad y jugosidad. En él se remoja pan para carne picada.
Algunos argumentan que conviene dejar la leche y utilizar agua hervida para remojar el pan.
No hay una respuesta definitiva a esta pregunta y cada uno hace lo que más le gusta.
Sin embargo, podemos decir que la leche se puede utilizar de forma segura para ablandar el pan rallado y darle a la carne picada un sabor cremoso único.
La leche también ayudará a que la carne picada retenga la humedad si está muy seca, y la ablande por su contenido en ácido láctico.
Como ocurre con otros ingredientes, es peligroso exagerar con la leche. Su presencia excesiva en la carne picada hará que las bolitas de chuleta queden demasiado blandas y se esparzan durante la cocción.
Una gran cantidad de leche en la carne picada puede empeorar su sabor.