Las amas de casa no siempre pueden cocinar exactamente tanta pasta como la familia puede comer al mismo tiempo.
A veces hay demasiada guarnición.
No hay nada malo en eso. Puedes poner la olla de pasta en el frigorífico para poder recalentar el plato en una sartén la próxima vez.
Pero es mejor preparar un plato más interesante con la pasta de ayer.
Así, una guarnición fría se puede convertir fácilmente en un desayuno rápido, sabroso y saciante.
La guarnición se debe transferir a un recipiente hondo. Allí también se debe enviar requesón.
Para 200 gramos de ingrediente de harina deben haber 100 gramos de cuajada.
A la masa resultante se le debe agregar un huevo crudo, una cucharada de crema agria y un poco de sal y pimienta.
Todos los componentes deben mezclarse bien. La masa resultante se debe transferir a una fuente para horno.
El contenido del recipiente se puede espolvorear con queso rallado. Entonces el plato quedará más bonito y sabroso.
El molde se debe colocar en un horno precalentado a doscientos grados.
Al cabo de un cuarto de hora estará lista la cazuela de pasta y requesón. Será imposible separarse de la comida.