Tanto los chefs famosos como los cocineros novatos disfrutan preparando albóndigas, porque el plato no sólo es sabroso, sino también saludable, fácil de preparar y se come rápidamente.
Sin embargo, a la hora de preparar albóndigas, a veces hay que afrontar un problema como el que se peguen, lo que hace que el plato sea poco atractivo y le quite el sabor.
Afortunadamente, existen varios pasos sencillos que le ayudarán a evitar este incidente.
Muchos, a pesar de la aparente sencillez de preparación de este plato, cometen errores imperdonables que privan al producto de importantes beneficios gustativos.
Abandona la idea de cocinar albóndigas en una cacerola pequeña.
Si te encantan las albóndigas, no escatimes en comprar platos a los que puedas añadir grandes cantidades de agua.
Utilice agua basándose en el cálculo de que para 20-25 unidades. Para las albóndigas, es necesario tomar al menos 1,5 litros de agua.
Podrás evitar que las bolas de masa se peguen si las colocas en la sartén una pieza a la vez.
Agregue las albóndigas exclusivamente al agua con sal que contenga especias.
Revuelve las bolas de masa inmediatamente después de que estén en el agua. Este es el truco que evitará que las empanadillas se peguen al fondo y a las paredes de la sartén.
Si tienes dudas sobre las albóndigas y existe la posibilidad de que se peguen, añade un poco de aceite vegetal al agua.
Estos sencillos consejos te ayudarán a cocinar bolas de masa que nunca se pegarán.