Hay un punto controvertido en la preparación de tartas de queso. Algunos chefs creen que se debe agregar al menos un huevo a la masa de cuajada.
Otros gourmets están seguros: la base del plato no debe incluir ningún componente de huevo.
Pero ambos enfoques tienen sus ventajas y desventajas.
Usar un componente de huevo ayudará a "unir" la base de cuajada. Las tartas de queso quedarán intactas. Pero la masa será líquida.
Para solucionar el problema, tendrás que añadir mucha harina, lo que puede privar al plato de suavidad y ligereza.
Si no agrega huevos a las tartas de queso, la mezcla no se volverá líquida. Sin embargo, las tartas de queso pueden desmoronarse en el mismo molde.
Ni los defensores de añadir huevos a las tartas de queso ni los cocineros que creen en la necesidad de abandonar por completo este ingrediente tienen toda la razón.
Aún es necesario colocar los huevos en la masa de cuajada. Pero no del todo. Basta utilizar solo yemas.
En este caso, es recomendable observar la proporción correcta de ingredientes: por 0,3 kilos de requesón, como máximo una yema.
La parte amarilla del huevo ayudará a “pegar” la base de las tartas de queso. Al mismo tiempo, no habrá proteínas en la mezcla que diluyan la masa.
Hay muchos chefs que no quieren añadir ningún ingrediente de huevo a las tartas de queso. Y las yemas también.
Estos gourmets pueden hacer trampa. Los huevos se pueden sustituir por sémola o pulpa de plátano desmenuzada.