Un problema común entre los cocineros aficionados es cuando los productos horneados se vuelven rancios después de unas horas o al día siguiente.
Sin embargo, los chefs experimentados utilizan un pequeño truco para evitar este problema.
Los productos horneados no pierden su suavidad y esponjosidad ni siquiera al día siguiente. Para hacer esto, solo necesitas usar un ingrediente.
La calidad de la cocción mejorará con el almidón de patata. Las amas de casa experimentadas siempre tienen este producto en stock, porque puede resultar útil en muchos lugares.
Sin embargo, no se añade almidón a la masa en forma seca. Está premezclado con agua. Así, el almidón prolonga la “vida” de los productos horneados y los suaviza.
1. El ingrediente se utiliza para preparar masa de mantequilla para galletas. Suelen decir de este postre: “Se deshace en la boca”.
2. Al hornear pasteles con masa de levadura y utilizar un relleno que suelte mucho líquido, como jugo o almíbar. En este caso, se espolvorea ligeramente almidón sobre la masa, sobre la que se extiende el relleno.
Durante el proceso de calentamiento, el almíbar (jugo) se combina con el almidón. El líquido se vuelve más espeso, la masa no se ablanda. Gracias al almidón, la masa se hornea mejor y no queda cruda cerca del relleno.
3. Añadir al relleno que esté demasiado líquido. Este aditivo generalmente se escapa de las tartas y el almidón las espesa.