Las tartas de queso son uno de esos platos que, con un mínimo de productos, pueden ser una excelente opción para el desayuno.
Literalmente en 20-30 minutos. puedes preparar una delicia que desaparecerá de la mesa en un instante.
Sin embargo, los cocineros suelen encontrarse con un problema: las tartas de queso no mantienen su forma y se deshacen.
1. No hay huevos en la masa. El requesón no mantiene su forma, por lo que los huevos sirven como una especie de "pegamento" que mantiene unida la masa.
2. Con harina o sémola las tartas de queso quedan más elásticas. Estos ingredientes absorben el exceso de humedad que pueda contener el requesón.
Por lo tanto, si la masa resulta líquida, es mejor no descuidar la harina (sémola).
3. Los cocineros golosos cometen otro error. Una gran cantidad de azúcar diluye el requesón y hace que la masa se extienda por toda la sartén.