Muchos cocineros sueñan con hacer un puré de patatas suave y esponjoso que no se pegue al plato y complemente perfectamente otras comidas favoritas.
También es importante que no quede ni el más mínimo indicio de grumos. Algunas reglas le ayudarán a lograr un resultado ideal.
Las patatas con almidón son las más adecuadas para hacer puré. Suelen ser tubérculos de piel de color marrón rojizo. Si las patatas tienen poco almidón, el puré de patatas tendrá grumos. Por ejemplo, las patatas nuevas no serán un plato perfecto.
La cocción comienza solo en agua fría para que los tubérculos se hiervan uniformemente. Si usa agua que ya está hirviendo, la capa exterior hervirá mucho. Al mismo tiempo, el interior de las patatas se cocinará peor. Como resultado, no será posible evitar "golpes" y bultos.
Si prepara puré con "ayudantes" electrónicos de cocina, existe una alta probabilidad de que el plato quede pegajoso. El problema es que la guarnición es fácil de superar. Si esto sucede, no podrás arreglar el plato.
Algunos cocineros cometen errores al elegir las proporciones. Muchos cocineros recomiendan esta proporción de productos: ½ vaso de leche (nata) y ½ barra de mantequilla por 2 kg de patatas. Las proporciones se pueden desplazar hacia un lado según las preferencias de textura y los requisitos dietéticos.