El té, amado por muchos, se bebe tradicionalmente con dulces y productos horneados: tartas, pasteles, dulces, pan y mantequilla.
Mucha gente, al estilo inglés, prefiere el té con leche, lo que suaviza el sabor de la bebida, reduciendo sus propiedades tónicas.
La miel ocupa un lugar especial en el consumo de té. Pero el peligro está en las pequeñas cosas, si no sabes cómo usarlo correctamente con el té.
El té con miel no sólo es un producto sabroso, sino también saludable.
Los amantes del té con miel resuelven simultáneamente varios problemas:
La miel puede tener un efecto analgésico, estimular el sistema inmunológico y es más eficaz que algunos fármacos.
No se agrega miel a la bebida, sino que se consume en pequeñas porciones con té.
La miel solo se puede poner en té frío y combinar con diferentes variedades.
Es importante recordar la ingesta diaria de miel y su contenido calórico:
Cuando se calienta, la miel pasa de beneficiosa a peligrosa: se sintetiza la sustancia hidroximetilfurfural.
La bebida no es adecuada para acompañar alimentos ricos en hierro: