Las llamadas “falsas chuletas” son interesantes no sólo durante la Cuaresma, sino también para aquellos que, por alguna razón, han decidido negarse o limitarse a comer carne.
En tales condiciones, queda un problema por resolver: cómo seguir comiendo adecuadamente para que el cuerpo no experimente estrés y para que la dieta no resulte aburrida.
Al rescate vienen platos que se parecen a los habituales productos cárnicos semiacabados, pero que no contienen ni un solo gramo de carne.
Hervir el trigo sarraceno como para preparar gachas y dejar enfriar por completo. Puedes cocinarlo con los restos de la papilla de ayer.
Pelar y cortar la cebolla y sumergirla junto con el trigo sarraceno en una batidora o pasarla por una picadora de carne.
A la masa resultante se le añade al gusto sal y especias, ajo, así como todo lo que se suele añadir a las chuletas picadas.
Si la mezcla está seca, puedes agregar agua. Si no desea utilizar huevo, agregue almidón o harina para unir los ingredientes.
A continuación formamos chuletas, las empanizamos con pan rallado o harina y las freímos por ambos lados hasta que estén doradas.
Si lo deseas, puedes guisarlo con salsa o simplemente en agua y servir.
¡Buen provecho!