No en vano la tortilla se ha convertido en un plato popular “mañanero”: es difícil encontrar otro plato que sea rápido de preparar, que dé sensación de saciedad y que deleite con su sabor.
Sin embargo, los gourmets a menudo se sienten decepcionados: si tienen prisa, la tortilla puede resultar no esponjosa y aireada, sino más bien plana.
¿Cómo evitar tal resultado? Basta con “procesar” correctamente el ingrediente principal.
Estamos hablando de huevos de gallina. Muchos cocineros aficionados los baten incorrectamente.
Los amantes del desayuno tradicional deberían aprender una recomendación sencilla: es recomendable batir las claras y las yemas por separado.
Puedes mezclar los dos componentes del huevo solo después de completar el "procesamiento" de cada uno de ellos.
Este enfoque garantiza la preparación de una tortilla increíblemente esponjosa y tierna, que hará las delicias tanto de adultos como de niños.
Es recomendable verter la leche en la mezcla de huevo ya batida. Ignorar esta recomendación probablemente conducirá a la preparación de un plato plano y no muy sabroso.
Por lo tanto, no se debe verter una bebida láctea en una clara o yema que aún no haya sido batida. Y más aún, no conviene añadir leche a un huevo recién partido con la yema no separada.