Por lo general, las verduras se congelan durante el período de recolección, cuando aún están frescas, después de crecer. Las opciones sugeridas deberían ayudar cuando los suministros comiencen a deteriorarse.
Si hablamos de remolacha, pueden empezar a pudrirse, secarse y arrugarse. Aquí hay tres formas de preparar tubérculos que a todos les encantarán.
No hay nada complicado. Si con el tiempo notas que las verduras empiezan a deteriorarse, entonces solo queda lavarlas, pelarlas y, envolverlas en film transparente, meter las remolachas en el congelador.
Sin embargo, es mucho más conveniente congelar las verduras picadas, por lo que resulta más práctico rallar las remolachas, cortarlas en cubos o tiras, o picarlas de alguna otra forma que se adapte a futuros planes de cocina.
Primero, las remolachas se lavan, se hierven como de costumbre o se hornean en el horno, luego se pelan y se rallan en un rallador grueso. Esta preparación se puede utilizar para preparar aderezo para borscht, ensaladas o en otros platos.
Un método bastante raro, pero no menos conveniente. El puré se elabora con remolacha cruda, que se corta en cubos y se tritura con una licuadora o picadora de carne.
Para congelar, la pieza de trabajo se vierte en moldes de silicona o en un molde para congelar hielo. Luego puedes hacer puré de sopa o algo más con él.