La merluza es especialmente popular entre los amantes de la alimentación saludable. Se trata de un pescado bajo en calorías, cuyo consumo no afecta el tamaño de la cintura.
Sólo el proceso de cocción puede causar dificultades. A veces el pescado queda seco y otras veces se deshace por completo durante el proceso de fritura.
Dificultad en el proceso de recolección y transporte del pescado. Se congela a 25-30 grados bajo cero y el pescado fresco congelado se almacena a -18 grados. Es importante observar el régimen de temperatura no solo durante el almacenamiento, sino también durante el transporte. Este es el tipo de producto que puede desmoronarse durante la fritura.
No siempre el fabricante o el vendedor tienen la culpa. Ni siquiera el pescado de mayor calidad obtendrá nada bueno si no se descongela correctamente. Para no estropear el plato, es necesario preparar el pescado para procesarlo a temperatura ambiente. No debes calentarlo en el microondas ni en el horno. Es mejor transferirlo del congelador al refrigerador con anticipación.
Alternativamente, puedes descongelar el pescado colocándolo en agua fría (temperatura 10-14 grados), agregando un poco de sal o simplemente colocando la merluza en salmuera de pepino (¡no en la marinada!).
En este caso, la canal de merluza quedará intacta tras la fritura.
Es mejor comprar pescado cubierto con una película fina, casi invisible. Si el cadáver está cubierto con una fina capa de hielo, probablemente haya pasado por más de una etapa de congelación después de descongelarse.
Para freír correctamente la merluza, basta con empanar el pescado bien descongelado. Evitará que se seque y las porciones permanecerán intactas.