Durante muchos años, este método de conservación, la congelación, ha sido uno de los más sencillos, fiables y seguros.
Esta opción también es adecuada para champiñones.
Sin embargo, este proceso debe abordarse con toda responsabilidad, ya que la más mínima violación de la tecnología puede provocar daños al producto.
Entonces, antes de guardar los champiñones, debes limpiarlos con un paño de algodón húmedo.
Por supuesto, puedes lavar los champiñones, pero en este caso debes estar preparado para el hecho de que después de tal procedimiento se volverán acuosos y la congelación les dará una cualidad como fragilidad y provocará una pérdida de sabor.
No pelar los champiñones no es una opción, ya que la contaminación corre el riesgo de que se echen a perder prematuramente.
Los champiñones pelados se deben picar o colocar enteros en recipientes de plástico o bolsas zip.
La vida útil de los champiñones depende de la temperatura en el congelador. A -18 grados, los champiñones durarán hasta un año, si la temperatura es de -20 grados o menos, hasta un año y medio.