Las cebollas retendrán vitaminas, pero no estropearán el plato con su excesivo amargor.
Muchas ensaladas no se pueden preparar sin cebollas, que añaden un toque especial al plato.
Pero el sabor de la verdura deja mucho que desear. Es imposible comer un plato así sin hacer una mueca de dolor.
El amargor puede ser causado por varios factores. Quizás esta sea una característica varietal o matices de cultivo. Un almacenamiento inadecuado de verduras puede provocar este resultado.
Arreglar el defecto es muy sencillo. Sólo lleva un minuto. Hay dos opciones sobre cómo hacer esto.
La cebolla pelada y picada se coloca en un colador y se coloca bajo el chorro de agua tibia (no más de 60 °C). Mantenga la verdura bajo el flujo de agua durante unos 40-60 segundos.
El segundo truco no es menos sencillo. La verdura picada se espolvorea con sal y luego se coloca en el horno microondas durante 15-20 segundos. Después del procesamiento, las cebollas se lavan con agua tibia y se secan.
Estos dos suaves trucos eliminarán el amargor innecesario, conservarán las vitaminas y le darán a la verdura un sabor delicado y suave.