Cuando se habla de mejorar la salud, muchos suelen recordar las frutas y verduras extranjeras, olvidándose de lo que crece en sus huertos personales.
Pero aquí es donde tienes todo lo que necesitas para fortalecer tu sistema inmunológico y la salud del corazón sin medicamentos ni otros preparados farmacéuticos.
La gastroenteróloga Anastasia Chizhikova contó en una entrevista con RIAMO por qué es necesario apoyarse en la calabaza.
1. Además de proteínas, grasas e hidratos de carbono, además de vitaminas, la calabaza es rica en antioxidantes.
Resisten procesos inflamatorios y también reducen el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y vasculares.
Al mismo tiempo, cada 100 gramos de calabaza contiene solo 22 calorías.
2. Se compone de un 90% de agua y el 10% restante son vitaminas A, C, B1, B2, B3, B4, B5, B6, B9, K, PP y una rara vitamina T.
Es responsable de la oxidación de los ácidos grasos libres, lo que ayuda a reducir la masa grasa.
3. Además, el fruto contiene “macroelementos: calcio, magnesio, sodio, potasio, fósforo, cloro, azufre; microelementos: hierro, zinc, yodo, cobre, manganeso, flúor, cobalto”.
4. La calabaza también contiene betacaroteno y, cuando se consume con regularidad, fortalece el sistema inmunológico y la vitamina C es buena para la salud de la piel.
5. La calabaza mejora el funcionamiento del hígado, el sistema urinario, los intestinos y también ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Pero lo más importante es que la calabaza se puede comer cruda, horneada, guisada y hervida.
En caso de exacerbación de enfermedades gastrointestinales, diabetes mellitus, urolitiasis y colelitiasis, el médico aconseja tener cuidado al comer calabaza.
Para evitar problemas, conviene cumplir con la norma. Por ejemplo, en ausencia de contraindicaciones, se pueden comer hasta 200-300 gramos de calabaza al día.
En presencia de enfermedades crónicas, la norma depende de las características individuales del cuerpo.
Además, no debemos olvidarnos de los beneficios de las semillas de calabaza.