Mucha gente está interesada en saber qué es más saludable: ¿café negro normal o una bebida diluida con leche?
Los estudios han demostrado que el consumo moderado de uno u otro es mejor para el organismo.
Pero cada uno de ellos tiene sus propias desventajas y ventajas.
Es saludable por sí solo, sin el aditivo lácteo, que añade otras 50 a 70 calorías. Puedes ganar peso accidentalmente.
Una taza de café por la mañana -sin leche- mejora el rendimiento mental y reduce en un 65% el riesgo de demencia, Parkinson y Alzheimer.
Además, la bebida mejora la memoria de una persona, independientemente de su edad (por supuesto, no estamos hablando de niños).
Otra ventaja es la mejora del rendimiento físico y la eliminación de los depósitos de grasa del organismo.
El café sin leche limpia el estómago, fortalece el hígado, previene la hepatitis y el cáncer.
Según investigaciones científicas, las personas que beben café negro a diario tienen un 80% menos de probabilidades de sufrir estas enfermedades.
Esta bebida también minimiza la probabilidad de "contraer" diabetes.
En cuanto al café con leche, debido a la reacción de la leche y los taninos contenidos en el café, las proteínas de la leche se vuelven difíciles de digerir.
Este fenómeno está plagado de deterioro de la digestión y del bienestar general.
Sin embargo, el café con leche también tiene sus ventajas. Por ejemplo, la leche “apaga” la acidez, lo cual es muy bueno para personas con niveles altos de acidez.
Si quieres tomar café por la noche, pero tienes miedo al insomnio, puedes agregar leche a la bebida.
Sin embargo, recuerda: el café con leche tiene un exceso de calorías.
Al mismo tiempo, esta bebida proporcionará al cuerpo calcio adicional, que fortalece los huesos.
Otro beneficio es que previene la aparición de enfermedades esofágicas.