No hay que pensar que la popularidad del masaje ha llegado sólo en los últimos años: la gente se dedicaba a frotarse la espalda o las piernas hace al menos 5 mil años.
Esta actividad es ciertamente placentera, pero ¿qué piensan los médicos al respecto?
Los científicos han podido demostrar que el masaje puede reducir el dolor y aliviar la tensión muscular.
Este procedimiento también reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y también ayuda a combatir los síntomas de ansiedad, fibromialgia y osteoartritis.
Si haces ejercicio intenso, el masaje es tu amigo: según un estudio de 2008, los músculos masajeados recuperaron el 60% de su fuerza después de 4 días. Quienes no se masajearon sólo pudieron hacerlo un 14%.
También se pudo conocer que en aquellos músculos que fueron sometidos a frotamiento, hubo menos fibras dañadas y signos de inflamación en comparación con los que quedaron sin este procedimiento.
Quizás este hecho oculte la respuesta a la pregunta de los motivos de su rápida recuperación.
Los investigadores no han podido descubrir qué sucede exactamente después de un masaje a nivel celular, pero la Universidad McMaster en Ontario está convencida de que el masaje después de la actividad física promueve la producción de estructuras generadoras de energía (mitocondrias) y reduce el nivel de proteínas inflamatorias.