La mermelada contiene mucha azúcar, frente a la cual las vitaminas y nutrientes contenidos en las frutas o bayas pierden su significado.
Pero siempre que no existan contraindicaciones, podemos decir con confianza que la mermelada puede ser beneficiosa para la salud.
En otoño e invierno, la mermelada de espino amarillo ayudará a proteger contra los resfriados y las enfermedades estacionales.
La baya se considera un antibiótico natural y, en ausencia de contraindicaciones para el consumo de azúcar, puede resultar de gran ayuda.
En primer lugar, la mermelada de espino amarillo tiene propiedades antibacterianas.
En segundo lugar, la mermelada de espino amarillo no solo protege contra ARVI, sino que también ayuda a combatir los síntomas de la enfermedad: fiebre y escalofríos.
En tercer lugar, es un antibiótico natural que no daña, pero favorece la rápida recuperación del organismo.
También cabe destacar la mermelada de cornejo, cuyas bayas ayudan a normalizar la presión arterial.
Se recomienda el uso de mermelada de cornejo para recuperarse del estrés.
Este es un medio probado para prevenir patologías cardiovasculares, así como problemas intestinales.
La mermelada de frambuesa también es muy conocida en la lucha contra los resfriados, pero para conservar las vitaminas no se recomienda hervirla y hervirla varias veces.