Se cree que la dieta de los centenarios es significativamente diferente de la habitual, pero no es así.
Los hígados largos no siempre consumen alimentos exclusivamente saludables. Lo demostramos con ejemplos.
La francesa Jeanne Calment, que vivió 122 años, amaba las comidas picantes y fritas, comía casi un kilo de chocolate a la semana, bebía vino tinto barato y no dejó de fumar hasta los 117 años.
Al mismo tiempo, Kalman consumía regularmente grandes cantidades de aceite de oliva y lo llamaba el secreto de su longevidad.
Pero el azerbaiyano Mahmud Eyvazov, que vivió 152 años, no bebía alcohol en absoluto.
Pero él bebía sus propias bebidas a base de hierbas medicinales. Eyvazov comía la comida más sencilla.
La japonesa Kane Tanaka, que vivió 119 años, era muy golosa y afirmó que su amor por el chocolate y el café le ayudó a vivir tanto tiempo.
A la estadounidense Sarah Knauss, que vivía de la misma edad, le encantaba comer chocolate, nueces y patatas fritas.
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