El alcohol en sí mismo no es un producto saludable para consumir. Sin embargo, la intoxicación puede ser mucho más fuerte si una persona combina este tipo peligroso de bebida con varios alimentos o bebidas.
Un snack con champán o vino en forma de bombones, bollería y tartas no es una buena idea. El problema está en las características de la glucosa. Cuando ingresa al cuerpo, se descompone más rápido que todas las demás sustancias.
Esto conduce a una intoxicación rápida y una resaca matutina intensa. Además, el alcohol potencia el efecto del ácido oxálico del chocolate, que puede provocar inflamación, espasmos y cólicos dolorosos.
Combinar alcohol con alimentos salados es un uso clásico. Nueces saladas, snacks, pizzas, mariscos secos y ahumados, patatas fritas: esto es lo que suele acompañar al pasatiempo alcohólico.
El peligro de la combinación en este caso es que el vino y la cerveza comienzan a actuar como una forma de ahogar la creciente sensación de sed.
Además, la mayoría de los snacks salados contienen glutamato monosódico. Esta sustancia aumenta el apetito, lo que obliga a comer aún más y, por tanto, a beber alcohol.
Los pepinos y tomates encurtidos se consideran un refrigerio tradicional del vodka.
Pero las verduras procesadas con un alto contenido de esencia acético y sal corroen la mucosa gástrica. El alcohol potencia este proceso y actúa como irritante.
Como resultado, una persona enfrentará dolor, acidez de estómago, cólicos y, a largo plazo, pueden aparecer procesos inflamatorios, gastritis y úlceras pépticas.
Los jugos de verduras y frutas suelen acompañar al alcohol en los cócteles. Se cree que la bebida, por paradójico que pueda parecer, es cada vez más segura.
Pero pocas personas piensan en la fuerza con la que los ácidos de frutas y vegetales de los jugos recién exprimidos o comprados corroen la mucosa gástrica.
Ellos mismos son irritantes activos, sin mencionar su efecto combinado con el alcohol.
Mejora varias veces el efecto de los ácidos. Además de una intoxicación grave y sus consecuencias, una persona experimentará dolor de estómago.
Las habituales ensaladas de mesa con mayonesa, pollo frito, sándwiches con espadines y mantequilla, chuletas de cerdo con queso y muchos otros platos festivos no son la mejor compañía para las bebidas alcohólicas.
Los alimentos grasos y el alcohol ejercen una carga triple sobre el hígado, provocando intoxicación, el páncreas, las glándulas suprarrenales y el estómago. La grasa también ayuda a que el alcohol se absorba en la sangre muy lentamente. La persona beberá más, lo que afectará negativamente su condición por la mañana.
Anteriormente escribimos sobre qué alimentos ayudan con la resaca .