Las tecnologías dentales modernas permiten salvar un diente incluso si está gravemente dañado.
El dentista Timur Basyrov explicó en qué condiciones se puede salvar un diente dañado: la restauración dental.
Hay varias razones para el daño a los dientes. Podría ser caries avanzada o una mala caída. La integridad de la dentición no es sólo una cuestión de salud, sino también estética.
Para la salud del sistema dental, es importante que todos los dientes estén en su lugar. Si la integridad es insuficiente, la carga de masticación se distribuirá de manera desigual.
En este caso, los dientes restantes empezarán a soportar la mayor carga y, por tanto, pueden colapsar.
Los dientes no se deterioran simplemente; hay problemas genéticos, daños mecánicos y mala higiene bucal. Examinemos con más detalle las causas del daño que conduce a la caries.
Esta es la enfermedad más común que afecta los tejidos duros del diente. Se desarrolla debido a una higiene insuficiente. La placa, en la que comienzan a desarrollarse los microorganismos, se forma debido a los restos de comida. El esmalte se destruye debido al ácido liberado por las bacterias.
Los dientes se dañan como resultado de un traumatismo. Estos incluyen grietas y astillas. Estos también incluyen hematomas, fracturas, dislocaciones y empastes instalados incorrectamente.
La abrasión del esmalte, es decir, la abrasión del esmalte por el consumo de bebidas azucaradas o de un cuerpo extraño, también se refiere a daños mecánicos.
Con el tiempo, los dientes pueden desgastarse y perder su aspecto natural. En este caso, se puede realizar una restauración para evitar más caries y devolver el diente a su apariencia original.
Los dientes pueden deteriorarse por motivos congénitos o adquiridos. La destrucción del esmalte es el principal factor que influye en el daño dental.
La restauración dental depende de la condición y el problema al que se enfrenta. En su práctica, los dentistas utilizan el índice de destrucción de la superficie oclusal del diente.
Teniendo en cuenta ciertos indicadores, basándose en cálculos, el dentista comprende qué método se debe utilizar para la restauración: un empaste, una corona o un alfiler.
Hay dos métodos de restauración: directo e indirecto. En el primer caso, los materiales se aplican directamente en el consultorio del dentista; en el segundo, se toman las impresiones y se elaboran las estructuras en un laboratorio dental.
A continuación se muestran algunos métodos populares de restauración dental.
El proceso incluye eliminar caries u otros tratamientos dentales (periodontitis, pulpitis y otros) y rellenar la cavidad con un empaste. Se utilizan diversos materiales: amalgama, materiales compuestos, incrustaciones de fibra de vidrio y polímeros ligeros.
Si un diente está dañado o tiene una pérdida significativa de tejido, es posible que se requiera una corona. Una corona es una capa artificial que recubre la superficie de un diente, dándole forma y devolviéndole la función masticatoria.
Los materiales que se pueden utilizar incluyen cerámica, circonio, acrílico, plástico y metal. Cada uno de ellos tiene sus pros y sus contras, así como su vida útil. Antes de instalar una corona, debe consultar con un dentista ortopédico.
Recubrimientos cerámicos o compuestos delgados pero duraderos que son adhesivos. Se utilizan principalmente para mejorar el aspecto estético.
Pero también son adecuados para la restauración dental, ya que su vida útil en algunos casos es más larga que la de los materiales. Las carillas enmascaran dientes astillados y desgastados.
Es importante recordar que la instalación de carillas es un procedimiento irreversible. Los dientes se preparan y se rectifican unos milímetros para que queden espacio en la dentición. Las carillas las fabrica un técnico dental y luego las instala.
Si no quiere esperar varias semanas, puede elegir carillas de composite para la restauración. El dentista fabrica los composites inmediatamente en el lugar, además de girar y pulir aún más la carilla.
El dentista utiliza fotopolímero para la restauración. Este método no requiere rechinar los dientes, por lo que no se dañan los tejidos vivos. Este procedimiento es adecuado para astillas y rayones en el esmalte.
Para reemplazar un diente perdido o un diente que no se puede restaurar, su médico puede recomendarle un implante. Se trata de un poste de metal que se implanta en el hueso sobre el que luego se coloca una corona.
Hay implantación de una y dos etapas. En el primer caso, el pasador y la corona se instalan alternativamente en un día, en el segundo, se instala la pila y en uno o dos meses se fabrica la corona deseada, que luego es instalada por el ortopedista.
En casos raros, se utiliza la elevación de los senos nasales para una restauración adicional: aumento del tejido óseo.
La osteoplastia es necesaria en los casos en los que el paciente ha evitado durante mucho tiempo las prótesis parciales o completas.
Debido a esto, aumenta la carga sobre la mandíbula y se produce atrofia. Muy a menudo, esta operación ocurre antes de la implantación y de prótesis completas como All-on-4. En algunos casos, el injerto óseo se realiza durante el tratamiento de conducto.
Se coloca una fuente en lugar del haz neurovascular y se sella el espacio restante.
La decisión sobre la posibilidad de restaurar el diente la toma el dentista después del examen y estudio de rayos X. Cada caso requiere un enfoque individual y la selección de métodos de restauración adecuados.
La odontología moderna le permite elegir un método suave de restauración dental para cualquier problema.