En el mundo moderno, donde el ritmo de vida es tenso y el descanso adecuado se convierte en un lujo, existe un medio sencillo para recuperar la energía: los estimulantes. Algunas personas eligen una ducha de contraste, otras prefieren hacer jogging matutino y otras encuentran su fuente de energía en una taza de café fuerte.
Lyudmila Artyushkevich, médica del centro médico HappyDerm, señala que cada vez más personas eligen bebidas energéticas sin ser conscientes de las posibles consecuencias de su consumo.
La composición de las bebidas energéticas incluye:
Los efectos positivos de las bebidas energéticas son evidentes si se respetan las dosis recomendadas. Sin embargo, un consumo excesivo puede tener consecuencias negativas.
El daño de las bebidas energéticas a menudo supera sus beneficios. Se pueden comparar con pequeñas bombas que, al explotar, pueden provocar daños en varios sistemas del cuerpo.
El consumo de bebidas energéticas se asocia con un riesgo de envejecimiento prematuro y desgaste del corazón. Esto puede manifestarse como arritmias potencialmente mortales, insuficiencia cardíaca y presión arterial alta.
En la literatura se describen casos de infarto de miocardio tras consumir bebidas energéticas, lo que subraya la gravedad del problema.
Al principio, la actividad física y mental aumenta después de beber bebidas energéticas, pero luego la persona comienza a sentirse cansada y somnolienta. Estas bebidas pueden causar:
Su uso también puede exacerbar problemas mentales subyacentes.
Las bebidas energéticas contienen mucha azúcar, lo que es peligroso para las personas con diabetes. También son ricos en calorías y pueden contribuir al aumento de peso.
El consumo excesivo de bebidas energéticas puede provocar náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.
También cambian la acidez de la boca, lo que puede provocar decoloración de los dientes y destrucción del esmalte dental.
Si consume bebidas energéticas todos los días, puede perder la capacidad de sentirse naturalmente enérgico.
La principal ventaja es la capacidad de obtener energía cuando sea necesario. El efecto de las bebidas energéticas se produce casi instantáneamente y dura al menos tres horas. En comparación con el café o el té, que empiezan a actuar en 15 minutos y aportan energía durante sólo una hora, las bebidas energéticas son superiores en velocidad y duración de acción.
Los beneficios de las bebidas energéticas son cuestionables, por lo que siempre conviene sopesar los riesgos y recordar que un consumo excesivo no conlleva consecuencias positivas.