En los últimos años se han producido metamorfosis asombrosas en los seres humanos.
Érase una vez nuestros padres y abuelos que tenían una dieta limitada y una actividad física intensa, pero lograban hacer frente a todas las tareas, aunque sus días estaban completamente ocupados por el trabajo.
El refrigerador de una persona moderna está literalmente lleno de una variedad de productos; no necesita arar el campo con un caballo tirado por caballos, tener dos vacas y preocuparse por las tareas del hogar todo el día.
Pero a pesar de estas condiciones tan leves, la mayoría de las personas se encuentran en un estado constante de fatiga y somnolencia.
La fatiga crónica es una combinación de diferentes síntomas. Esto es estrés, estrés psicológico, mala ecología y un estilo de vida que destruye la salud. Y la dieta, especialmente el desayuno, juega un papel importante en la falta de energía.
La mayoría de la gente moderna come carbohidratos rápidos en el desayuno, lo que provoca un aumento inmediato de los niveles de glucosa en sangre y una disminución inmediata. De ahí la fatiga y la somnolencia.
Carbohidratos rápidos:
- Productos de panadería.
- Papilla instantánea.
- Desayunos rápidos.
- Zumos de frutas.
Desayunar mal con regularidad provoca fatiga crónica.
Para que la energía suba y baje lentamente, es necesario ingerir alimentos que equilibren los tres componentes principales de la nutrición: proteínas, grasas y carbohidratos. Todos ellos deben estar presentes en el plato.
Bueno para el desayuno:
- Gachas de avena (normales, no instantáneas). Contienen los llamados carbohidratos lentos, que tardan mucho en descomponerse y proporcionan un impulso de energía más duradero. Las papillas también contienen vitaminas y minerales que nuestro organismo necesita.
- Grasas vegetales y/o animales. Las grasas son la fuente de energía. No en vano las familias campesinas siempre comían manteca de cerdo. La mantequilla y el ghee también son fuentes de grasa animal. Una gran cantidad de aceite vegetal se encuentra en nueces, semillas y aguacates.
- Pescados, aves, legumbres. Estos productos son una fuente de proteínas. También puedes comer carne roja por la mañana, por ejemplo, una chuleta o chuleta, pero recuerda que la carne roja tarda mucho en digerirse. Y el cuerpo gasta mucha energía en digerir los alimentos.
- Verduras. La fibra, las vitaminas y los minerales juegan un papel importante en el mantenimiento de altos niveles de energía.
- Verdes. Se recomienda comer siempre verduras en grandes cantidades. Además de vitaminas y minerales, contiene clorofila, sustancia que desintoxica el organismo.
Prepara los alimentos comentados anteriormente para el desayuno y podrás mantener tus niveles de energía más altos.