En la mayoría de los casos, un fuerte deseo de comer cebollas se debe a una deficiencia de vitamina C, pero puede haber otras razones.
Te contamos qué le falta a tu cuerpo si constantemente te apetece la cebolla.
Además de la deficiencia de vitamina C, pueden surgir antojos de cebolla debido a la falta de yodo y potasio.
Síntomas: fatiga, irritabilidad, letargo, somnolencia.
Especialmente hay mucho yodo y potasio en las plumas de cebolla. Para compensar la deficiencia, basta con añadir 50 gramos de cebollas verdes o rojas dulces al día a una ensalada u otro plato.
Además, el deseo de comer cebollas puede indicar una falta de hierro, fósforo, magnesio y calcio.