El psicólogo Valery Gut contó cómo evitar una crisis en una relación.

01.09.2023 16:30

Las relaciones son algo continuo que requiere atención y trabajo constante.

Valery Gut, candidato de ciencias psicológicas, desarrollador de la teoría de la inteligencia adaptativa, contó cómo evitar una crisis en una relación.

“La felicidad no es algo ya hecho. Proviene de tus propias acciones” ©Dalai Lama.

A menudo las parejas se enfrentan a una crisis que se convierte en una seria prueba para su futuro. Sin embargo, existen ciertas estrategias que pueden ayudarte a evitar o superar una fractura.

Una crisis en una relación es un período en el que se altera la estabilidad y la armonía en una pareja, las personas sienten tensión emocional e insatisfacción.

Foto: Pixabay

Pero este es un proceso natural que ocurre en toda pareja en cualquier momento de la relación. Y no es del todo necesario que todas las parejas tengan que pasar por esto o que la crisis conduzca inevitablemente a la separación.

Es necesario entender que la contradicción en las relaciones no surge de la nada. Primero hay un conflicto intrapersonal para cada socio o uno de ellos, y tarde o temprano se volverá interpersonal.

Esto es causado por problemas acumulados, estrés, cambios en la vida de uno o ambos socios, falta de comunicación o malentendidos.

El psiquiatra estadounidense Murray Bowen ha demostrado científicamente que una familia es un sistema en el que las personas se influyen constantemente entre sí y se esfuerzan por crear un cierto equilibrio, una cierta constancia en la interacción.

Habló de cómo una familia no son sólo personas individuales. La jerarquía, las reglas y las formas habituales de reaccionar ante el entorno externo y entre sí juegan un papel muy importante.

Uno de los componentes clave de una relación sana es la comunicación abierta y eficaz. Es importante expresar libremente sentimientos y pensamientos, así como poder escuchar y comprender a su pareja.

Es mejor acordar de antemano todos los puntos y reglas clave de la relación para ambos socios. Con el tiempo, si es necesario, siempre podrás ajustar y agregar detalles.

Cada uno de nosotros tiene su propia idea de "cómo debería ser": cómo preparar la cena, criar a los hijos, hacer reparaciones, administrar un negocio, y así hasta el infinito. No hay nada de malo en eso, porque todos somos diferentes.

"Bajo cualquier circunstancia y en cualquier situación, recuerde que todo se puede negociar", dice el profesor y consultor empresarial estadounidense Gavin Kennedy.

Cuanto antes las personas que construyen relaciones comiencen a ponerse de acuerdo sobre todos los matices, más tiempo se complacerán mutuamente.

Es necesario, si es posible, aprender a ajustar con mayor flexibilidad sus principios en las relaciones con los demás. Y de vez en cuando, reconsiderar su rigidez a favor de la pareja, ofreciéndose a hacer lo mismo a cambio.

Cuanto más dispuestos estemos a adaptarnos unos a otros, estipulándolo mutuamente y de antemano en nuestros deseos, más fácil será superar cualquier crisis en las relaciones.

Porque es mejor doblarse que romperse, y para ello se necesita flexibilidad. La flexibilidad es el deseo de negociar y cambiar.

La base de una relación sana es el respeto a la pareja. Una relación es una interacción entre dos personas que, antes de conocerse, existían naturalmente por separado y aumentaron sus valores y su visión del mundo.

Y después de la reunión, todos quieren seguir siendo independientes, pero al mismo tiempo estar juntos con la otra persona.

Si alguien "chismorrea" todo el tiempo, se cubre con la manta y elige sólo sus propios intereses, independientemente de la opinión del otro, el concepto mismo de "juntos" está sesgado hacia un lado.

Siempre es importante reconocer las opiniones y sentimientos de tu pareja, darle la oportunidad de hablar y escucharlo con comprensión. La humillación y el abandono son una posición deliberadamente perdedora.

Cada socio necesita desarrollar su propia personalidad. Ésta es la única forma de mantener una relación de forma indefinida.

Hay un principio: cuanto más trabajes en ti mismo, menos tendrás que trabajar en tus relaciones.

Las relaciones más duraderas son cuando ambas personas de una pareja se desarrollan sincrónicamente, se enriquecen y se apoyan mutuamente, añaden energía en lugar de quitarla.

No hay lugar para agravios y reclamos ridículos en una relación. Sólo una persona independiente y segura de sí misma es capaz de mostrar cariño, satisfacer las necesidades y deseos de otra persona y amar a alguien sin sacrificarse.

Por tanto, cuanto más invierta una persona en sí misma, más podrá dar.

Cuando nos molestan las imperfecciones de otra persona y tratamos de elevarnos por encima de otra, criticar, señalar sus errores y deficiencias, entonces experimentamos superioridad moral.

Y puede apagar incluso la llama más brillante de una relación. Cuando confiamos en nuestra superioridad moral, aparecen notas despectivas en nuestras declaraciones.

Y no sólo en el habla, sino también en las expresiones faciales, los gestos, la entonación. El comportamiento despectivo tiene consecuencias negativas para las relaciones interpersonales, ya que contribuye a la formación de la posición “yo tengo razón y tú estás equivocado”, “yo soy mejor que tú y tú eres en ciertos aspectos (o completamente) peor que yo”.

Tales acciones extinguirán los sentimientos ardientes y arruinarán las relaciones. Por eso, es necesario ser más amable con tu pareja y tratar sus errores con comprensión. Y recuerda: nadie es perfecto y nadie camina sobre el agua.

Evitar una crisis en una relación es una tarea difícil que requiere atención y trabajo constante en uno mismo.

Sin embargo, aplicar estas estrategias ayudará a crear una relación sana y feliz que podrá superar cualquier dificultad.

Autor: Valeria Kisternaya editor de recursos de internet