Independientemente de qué pareja decida separarse, para cada uno de ellos el período de separación puede convertirse en un auténtico desastre emocional.
Valery Gut, candidato de ciencias psicológicas, desarrollador de la teoría de la inteligencia adaptativa, contó cómo entender que ha llegado el momento de poner fin a una relación.
Es importante no sólo poder sobrevivir correctamente a esta tormenta, sino también construir una vida después de ella.
Monica Bellucci dijo una vez: “Cuando la gente se divorcia, siempre parece una tragedia. Mientras tanto, la decisión de seguir viviendo juntos puede ser una tragedia”.
A menudo tenemos tanto miedo de separarnos que estamos dispuestos a soportar y hacer la vista gorda ante nuestro propio sufrimiento o la desgracia de un ser querido.
Vale la pena pensar en romper si surgen las siguientes situaciones.
Incluso si una ruptura es nuestra decisión consciente e informada, conlleva muchas experiencias difíciles. Cuando se separan, las personas experimentan el mismo sufrimiento que si un ser querido hubiera muerto.
Esto sucede porque nuestro cerebro experimenta una enorme sobrecarga durante este período. En psicología esto se llama efecto Zeigarnik.
Un día, la fundadora de la fisiopatología soviética, y entonces solo una joven estudiante, Bluma Zeigarnik, almorzó con su profesora.
Se dio cuenta de un fenómeno sorprendente: los camareros recordaban fácilmente incluso los pedidos más complejos mientras los invitados estaban sentados a la mesa, pero los olvidaban inmediatamente cuando los visitantes pagaban y se marchaban.
Después de realizar una serie de experimentos, Zeigarnik descubrió que las acciones inacabadas crean en nosotros tensión interna. Este potencial energético no permite olvidar el pasado, provocando un sentimiento de ansiedad, confusión e infelicidad.
En una relación tenemos muchas acciones y planes conjuntos que, al separarnos, provocan el efecto Zeigarnik.
Además, el estado de enamoramiento genera un fuerte sentimiento de cariño. Por lo tanto, cuando rompemos, incluso si la comunicación se detiene por completo, seguimos sufriendo una falta de emociones familiares.
Esto lo confirma el experimento de la antropóloga estadounidense Helen Fisher, quien, mediante resonancia magnética, registró que el cerebro de una persona que ha experimentado una ruptura experimenta las mismas sensaciones que el cerebro de un drogadicto que sufre de "abstinencia".
Estas características de la psique humana deben tenerse en cuenta si hay que atravesar una ruptura. A menudo hacemos todo lo posible para evitar el dolor, nos mentimos a nosotros mismos diciendo que "todo saldrá bien" y tratamos de recuperar el pasado.
Como resultado, caemos en una trampa emocional, corriendo en un círculo de sufrimiento, agotándonos mental y físicamente. Para salir de este estado y tener la oportunidad de construir un futuro más feliz, es necesario pasar por las cinco etapas de aceptación de la pérdida: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Una ruptura en una relación en sí misma no es una ruptura en la conexión emocional. Por eso, cada una de estas etapas es necesaria para aceptar lo inevitable, expresar tus sentimientos y adaptarte a la nueva realidad.
El trabajo del duelo es un proceso difícil y no el más placentero, pero al finalizar hay alivio y paz. Las siguientes recomendaciones le ayudarán a superar este período más fácilmente.
Mucha gente se pregunta si es posible seguir siendo amigos después de una ruptura.
La comunicación amistosa o la interacción comercial de alta calidad es posible si ambos socios están seguros de que dicha comunicación no abrirá una herida mental y que la amistad no se convertirá en un obstáculo para crear nuevas relaciones.
De lo contrario, es mejor que cada uno siga su propio camino. A menudo, las experiencias emocionales difíciles se convierten posteriormente en fuentes de recursos para nosotros.
La despedida, a pesar de toda su amargura, es un poderoso impulso de autoconocimiento y superación personal. Esta es una oportunidad para estudiar y comprenderse mejor a sí mismo, aprender a construir su vida de manera más consciente y, por lo tanto, más feliz.