La psicóloga Lyudmila Vildanova contó cómo olvidar el dolor en una relación

15.03.2023 21:07

Cuando nos enfrentamos al dolor en una relación, ya sea por infidelidad o traición, es bastante difícil de soportar.

La psicóloga Lyudmila Vildanova contó cómo olvidar el dolor en una relación.

La mayoría de las veces nos preparamos para el cambio y el dolor, porque ya nos hemos quemado antes. Pero cuando ocurre un golpe, cada uno de nosotros se encuentra completamente confundido en medio de un desierto abrasador, completamente solo, con dificultad para respirar y dolor en el plexo solar.

Era como si el dolor mismo se hubiera acelerado y, con toda su fuerza milenaria, te golpeara justo debajo del pecho.

Un nudo en la garganta y un miedo enorme. Miedo a la soledad, miedo a quedar incomprendido y no aceptado, pequeño en comparación con tu dolor. Teme que mañana las cosas no sean más fáciles y que no vuelvas a ser “elegido”.

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Foto: Pixabay

Porque hay tiempos que no existen.

Después de un tiempo, la armadura aumenta. Y donde antes había algo vivo y cálido, se forma algo duro y duro.

El dolor dura continuamente. Y absolutamente todo lo provoca. La mitad vacía de la cama, la llave girando en la puerta... todo es diferente ahora. Las noches son el momento más terrible.

El pasado y el futuro duelen. El pasado está envenenado. El futuro se ha derrumbado. En este momento, una mujer no tiene el presente.

Lo siguiente que sigue al dolor es una culpa gigantesca que te asfixia. Hice algo mal, hice todo mal, etc.

En una situación de pena y dolor, ¿cómo no perderse, traicionarse o destruirse?

1. Presta atención a los niños /si tienes hijos/.

Saque a los niños de la “zona de fuego”. Deja de manipular, no hables mal de tu padre a tus hijos, cuídalos, no llores delante de ellos, prepara la comida.

2. Saque las cosas de su marido si las deja en la casa. Si tienes fuerzas suficientes, hazle la maleta y pídele que la recoja. Después de esto, al menos llorarás menos por él.

Nuestro objetivo no es hacer algo con él, sino hacer algo con nosotros mismos.

Por ello los siguientes puntos.

3. Contacta con un psicólogo.

4. Tómate un tiempo para ti. Peinarse, ir de compras, correr: no en vano hay un dicho: enciende el cuerpo para que el alma no duela.

5. Cuando el dolor se vuelva insoportable, cambie a una respiración superficial: viva cinco minutos de ahora en adelante. Si lavas los platos, lava los platos, no te imagines muriendo y él llorando en el funeral.

6. Lo más importante. ¿Quizás deberías convertirte en la persona muy cariñosa cuyo amor anhelas? Ponte más cómoda, más suave, cuídate y protégete, ámate.

7. Busca apoyo, acude a la gente, no te quedes solo. Prueba amistades, prueba relaciones, prueba nuevos amores.

8. Date tiempo para vivir tus sentimientos, quemar el dolor y recuperar recursos. No se fuerce a pensar en un futuro brillante.

Y una serie de otras recomendaciones.

1. Cualquiera que sea la etapa en la que te encuentres ahora, tu libro de referencia puede ser “Corriendo con los lobos”. Habla del poder femenino, de las rupturas, de la muerte y del nacimiento, del ciclo interminable de la vida y de tus recursos internos, de los que tú mismo aún no eres consciente.

Allí conocerás los arquetipos del poder femenino y podrás trabajar a través de imágenes, más que a través de la lógica.

2. Cambia tu entorno. Pide ayuda, pide dinero prestado, vete, haz un curso de conducción, empieza a aprender el idioma. ¡Cambia el escenario! Esto es necesario para dejar de cocerse en su propio jugo, para salir de la situación y mirarla con una perspectiva diferente. Desde la perspectiva de una persona que vive una vida plena y plena.

3. Amplíe su círculo social. Conoce gente en todas partes. ¡Deja que la gente se vuelva interesante para ti!

4. Debe haber creatividad en tu vida. ¡Y la creatividad es lo que no sólo nos encanta hacer, sino lo que hace que nuestra alma cante!

Y al final me gustaría decir: cuida tus alianzas y tus relaciones.

Aprecia a los que están cerca, a aquellos con quienes te despiertas por la mañana y de quienes tienes hijos o dolores de cabeza, aquel en cuyos brazos estás en casa.

Autor: Valeria Kisternaya editor de recursos de internet