La cuestión de romper la confianza en una relación es compleja y plantea muchas preguntas. ¿Qué experimenta una persona que ha cometido traición? ¿Qué procesos ocurren en su mundo interior después de este acto?
Culpa y remordimiento
Uno de los sentimientos más comunes que experimenta alguien que ha hecho trampa es la culpa. Darse cuenta de que ha traicionado la confianza de un ser querido puede causar un gran sufrimiento.
El arrepentimiento no siempre llega de inmediato y no para todos, pero con el tiempo puede convertirse en una carga insoportable.
Conflicto interno
Hacer trampa a menudo conduce a conflictos internos. Una persona comienza a dudar de sus acciones, de sus propios valores y principios morales.
Este conflicto puede manifestarse en forma de pensamientos y sentimientos contradictorios, lo que provoca una angustia emocional grave.
Disminución de la autoestima
Cometer infidelidad puede tener un impacto negativo en la autoestima. Una persona comienza a verse a sí misma desde el peor lado, dudando de su propia decencia y honestidad.
La disminución de la autoestima puede provocar depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos.
Miedo a la exposición
Después de una traición, muchos experimentan miedo a ser expuestos. Preocuparse constantemente de que se descubra su engaño puede ser una fuente de gran estrés.
El miedo a la exposición puede provocar nerviosismo, irritabilidad y sospecha.
Insatisfacción en las relaciones.
El engaño es a menudo una consecuencia de la insatisfacción en una relación. La persona que ha cometido una infidelidad puede sentirse sola, incomprendida o abandonada.
Sin embargo, esto no justifica sus acciones, solo muestra la profundidad del problema que ha surgido en la relación.
buscando excusas
Muchas personas que cometen traición tienden a buscar excusas para sus acciones. Pueden culpar a su pareja, a las circunstancias o incluso a su propio destino por lo sucedido. Sin embargo, buscar excusas no exime de responsabilidad por lo hecho y no trae alivio.
Cambios de comportamiento
Después de hacer trampa, el comportamiento de una persona puede cambiar. Puede volverse más retraído, irritable, reservado o, por el contrario, demasiado afectuoso y atento, tratando de enmendar las cosas. Estos cambios pueden ser perceptibles para los demás y causar sospechas.