Si has sido traicionado por un ser querido, lo más sencillo es iniciar la autodestrucción, pero, por razones obvias, esto no es necesario.
En lugar de eso, haz todo lo posible por mantener tu dignidad cuando te encuentres en esta situación y no cometas errores que hagan que las cosas empeoren.
1. No te culpes por haber sido engañado. No te pasa nada: eres bastante atractivo, inteligente y exitoso.
Hacer trampa es enteramente elección y responsabilidad de tu pareja, por lo que culparte a ti mismo sólo te hará más daño. Y la autoestima caerá en picado.
2. ¿Cómo te sientes ahora? Seguramente las emociones no son las más placenteras: ira, resentimiento, dolor, ira. No debes fingir que todo está bien para ti y ocultar tus sentimientos: dales una salida.
Puedes llorar o desahogarte con un amigo o psicólogo.
3. Y nuevamente hablemos de emociones: no debes permitir que te guíen a la hora de tomar una decisión responsable.
Después de hacer trampa, su primer instinto puede ser buscar venganza o terminar la relación, pero en lugar de eso, tómese tiempo para calmarse y pensar en lo que sucedió antes de decidir qué hacer a continuación.
4. Además, prohíbe buscar información sobre la persona con la que engañaste. Si empiezas a compararte con él, sólo te dolerá más.
Tu amante no es mejor que tú, simplemente es diferente. Y el problema no es ella, sino el tramposo, así que gasta tu energía no en la vida de otra persona, sino en la tuya propia, en tus deseos, metas y emociones.
5. Si siente dolor y dolor, no lo tolere y no se lo guarde para sí mismo. Habla con tus familiares, amigos o un psicólogo y verás que el peso de las emociones ya no aprieta tanto.
Además, una conversación sincera te permitirá mirar lo sucedido desde el otro lado.
Y recuerda: la traición no es el fin de la vida, sino una prueba más de la misma.