Parece un héroe de una película romántica: regala flores sin motivo, te llama “la única” y te promete la luna del cielo.
Pero los psicólogos advierten que detrás de esa fachada a menudo se esconde un peligroso patrón narcisista.
Estas parejas utilizan la idealización como herramienta de control: te “bombardean” con atención para apegarte rápidamente y luego comienzan a devaluarte.

La primera señal de advertencia es una invasión obsesiva de los límites personales. Por ejemplo, puede exigir las contraseñas de las redes sociales ya en la segunda cita, explicando esto como una “preocupación”.
La verdadera historia de Olga, de 28 años: “Dijo que yo era su destino y una semana después me ofreció irse a vivir con él. Me negué y entonces empezaron los reproches: “¡No me amas!”. Más tarde se supo que había corrido tres “destinos” similares en otras ciudades”.
Estos casos no son infrecuentes. Las investigaciones muestran que el 65% de los narcisistas practican el “bombardeo amoroso”: un cortejo intenso para crear adicción.
¿Cómo distinguir la sinceridad de la manipulación?
Realizar una prueba de resistencia. Rechace una sugerencia incómoda (como cambiar de peinado) y observe cómo reaccionan.
El narcisista responderá con agresión o resentimiento pasivo (“Me decepcionas”) en lugar de respetar tu elección.
Otro indicador es la falta de amistades duraderas. Si todas sus historias sobre personas terminan con la frase “me traicionaron”, esto es un motivo para pensar.
La mayor trampa es creer que puedes “arreglarlo” con amor. Pero los narcisistas no cambian: sólo enmascaran su comportamiento.
Si después del período de luna de miel comienzan las críticas, el gaslighting (“Te lo imaginaste”) y los cambios emocionales, corre.
Como lo demuestra la práctica, el 80% de las víctimas de este tipo de relaciones pierden la autoestima y años de vida, intentando volver a la “versión inicial” de su pareja.