A veces, una acalorada pelea con un ser querido termina en un silencio gélido.
No importa a quién ignores (tu pareja, tu hijo, tu colega), el silencio es malo para tu relación.
La terapeuta familiar Aparna Sagaram cree que el silencio coloca al ignorante en una posición de poder, ya que la otra persona se ve obligada a esperar hasta que se digne comunicarse con él.
Para muchos, el trato silencioso es una reacción completamente natural al conflicto y al resentimiento. Como regla general, ignorar se utiliza cuando queremos que nuestro oponente se arrepienta, comience a mostrar preocupación o se dé cuenta de lo que se está perdiendo.
Es como si estuviéramos diciendo: “Quiero que la persona con la que no hablo esté en mi vida de una manera diferente. Al demostrarle claramente mi insatisfacción, intento que cambie la forma en que me trata”.
Pero la negativa a comunicarse no puede impulsar a la pareja a cambiar de comportamiento.
Incluso si te sientes más cómodo con el tratamiento silencioso en este momento, no funcionará en absoluto a largo plazo.
Si ha adquirido el hábito de resolver conflictos en silencio, intente hacer pausas breves: tómese un descanso para calmarse y llegar a un punto en el que pueda hablar.