Él mira a los ojos, pero algo anda mal... El cuerpo nunca engañará, aunque las palabras suenen convincentes.
Una mentira no es sólo un conjunto de frases. Es el estrés que se manifiesta en pequeñas formas.
Puede que no seas un experto en psicología, pero tu intuición ya está en alerta. Preste atención a los detalles que revelan malestar interno.

La primera señal son los ojos. Si la mirada se desvía, evita el contacto directo o, por el contrario, se vuelve demasiado intensa, esto es una señal de alarma.
Un mentiroso a menudo parpadea más a menudo o, por el contrario, se queda congelado, intentando controlarse.
El segundo marcador son las manos. Tocarse la cara, frotarse la nariz, taparse la boca con los dedos son gestos subconscientes que intentan “disfrazar” el engaño.
La tercera señal es un cambio en la respiración. Si el habla se vuelve intermitente, la pareja respira profundamente o respira rápidamente, esto es una reacción al estrés.
El cuarto punto son las piernas. Apunta tus pies hacia la salida, balancea los dedos de los pies y muévete inquieto en el mismo lugar. El cuerpo se prepara inconscientemente para huir, incluso si la persona aparentemente está tranquila.
La quinta pista son las contradicciones en los detalles. Un mentiroso se confunde en los detalles, añade detalles innecesarios para sonar más convincente o, por el contrario, habla en términos demasiado generales.
La sexta señal es la voz. Pausas antinaturales, cambios de timbre, tos. Algunas personas empiezan a hablar más alto o más bajo de lo habitual.
La séptima evidencia es la sobreprotección. Si una simple pregunta provoca agresión o intentos de cambiar de tema, esto es un motivo para pensar. El mentiroso se siente amenazado y ataca para evitar la presión.
Pero recuerda: ningún gesto es 100% seguro. Es importante analizar el comportamiento como un todo.
¿Qué hacer si se confirman las sospechas? No interrogues con prejuicios. Di: “Creo que no me estás contando algo. "Discutamos esto honestamente".
Dale a tu pareja la oportunidad de explicarse, pero no ignores tus sentimientos. La confianza es un fundamento y las grietas en ella deben detectarse a tiempo.