Romper una relación es traumático en cualquier caso, y si eliges el método equivocado, entonces tu pareja quedará con un campo quemado donde solía estar su corazón.
Para evitar que los sentimientos asociados a una ruptura empeoren, nunca utilices estos métodos.
No deberías desaparecer de la vida de otra persona: no importa lo difícil que sea, tendrás que explicarte.
De lo contrario, su pareja está condenada a experimentar uno de los peores sentimientos: la sensación de incertidumbre.
Es mejor hablar cara a cara. No abandones a tu ex cónyuge por teléfono o mensaje de texto. La persona que ha sido abandonada merece el derecho a preguntar qué le pasa y escuchar sus argumentos.
Peor aún es pedirle a otra persona que termine tu relación por ti.
Si decides tener una conversación, no la hagas pública.
Si anuncias la ruptura públicamente, a las muchas emociones desagradables que tu ex (o ex) ya está experimentando, se sumarán vergüenza, ansiedad, incomodidad, etc.
¿Has decidido comportarte de forma repugnante para que la chica/el chico te deje?
Al hacerlo, ambos se condenan a un sufrimiento que continuará durante el tiempo que sea necesario hasta que su pareja decida romper.
Por último, no culpes de todo a la persona que una vez amaste.
Lo más probable es que seas tú quien se siente culpable ahora, ya que eres tú quien inició la ruptura. Trasladar la responsabilidad a los hombros de otras personas es una señal de infantilismo.