Y sin ninguna investigación, se puede suponer que los hombres son más frívolos y volubles en este sentido.
Sin embargo, los científicos decidieron comprobarlo y llegaron a la interesante conclusión de que la tendencia a hacer trampa no está determinada únicamente por las diferencias de género. Algunas cosas dependen de la edad.
Según estudios recientes de científicos estadounidenses, la tendencia de los cónyuges a hacer trampa está determinada no sólo por la diferencia de género, sino también por la edad de los infieles.
De 18 a 29 años
En este caso, las estadísticas no favorecen a las mujeres. El 11% del sexo débil admitió haber hecho trampa, mientras que el sexo más fuerte se fue “a la izquierda” sólo en el 10% de los casos.
De 30 a 39 años
Evidentemente, algo les sucede a los hombres que los obliga a tomar el camino del adulterio y nunca volver atrás de él.
El 14% de los hombres y el 11% de las mujeres de esta edad admiten haber sido infieles.
De 50 a 59 años
Pico del adulterio. Es bastante obvio que los hombres están perdiendo la cabeza. Ya hay “canas en la barba” y todo lo demás.
El 31% de los hombres infieles se oponen al 18% de las mujeres infieles.
Para las mujeres, la infidelidad alcanza su punto máximo entre los 40 y 49 años, después de lo cual la tasa disminuye.
60 años o más
Incluso a esta edad, el 24% de los hombres y el 16% de las mujeres no pueden sentar cabeza.
Y tras llegar a los 70-79 años, el 26% de los hombres siguen haciendo trampa. En el caso de las mujeres, esta cifra se reduce al 13%.
Los encuestados citaron la principal razón de la infidelidad como la insatisfacción con la relación o con su pareja.