En casi todas las familias, las conversaciones sobre dinero suelen terminar en un alza de voz o incluso en un ambiente de completo conflicto.
Esto ocurre por muchas razones, la mayoría de las veces debido a errores que las mujeres cometen inconscientemente.
Así, por ejemplo, una conversación sobre finanzas debe tener lugar en condiciones favorables para la pareja, de lo que se desprenderá alguna conclusión. Pero resulta que no todo es tan sencillo.
¿Qué tipo de presupuesto elegir?
No todas las personas son económicamente compatibles, por lo que para uno de los socios algunos gastos serán una necesidad, mientras que el otro considerará que es muy posible prescindir de ellos.
Por eso, estando todavía “en la orilla” de la relación, conviene decidir el tipo de presupuesto que se mantendrá en la familia. Solo existen tres tipos de presupuesto familiar.
Presupuesto separado
Con este tipo de presupuesto, cada socio se queda con todo el dinero ganado.
Los gastos obligatorios (por ejemplo, alimentos, alquiler, etc.) suelen dividirse en partes iguales entre los cónyuges. Sin embargo, este tipo de presupuesto es adecuado para aquellos socios que tengan el mismo nivel de ingresos.
Si los ingresos mensuales de alguien son menores y los pagos obligatorios se dividen en partes iguales, entonces esa persona tendrá menos dinero para otros gastos. Sí, y parecerá deshonesto.
Presupuesto compartido
En este caso, ambos cónyuges aportan una parte de sus ingresos al fondo común, que debería ser suficiente para mantener el hogar.
Sin embargo, la proporción de los ingresos de ambos socios puede no ser necesariamente igual, especialmente si sus salarios difieren en monto.
Presupuesto total
Con este tipo de presupuesto, ambos cónyuges aportan todo el dinero a una alcancía común.
Sin embargo, en este caso, será difícil comprar algo como regalo para su pareja, porque el dinero lo sacarán de la billetera común. Pero en este caso, puedes tomar parte del dinero para “gastos de bolsillo”.
Cómo discutir cuestiones de dinero con un hombre para llegar a un "denominador común"
Para que la conversación sea constructiva, es necesario elegir el momento adecuado. Por ejemplo, no se debe hablar de finanzas cuando un hombre está cansado o irritado. Es poco probable que sea posible hablar tranquilamente sobre dinero si su pareja está de mal humor.
Es mejor esperar hasta que nada moleste al hombre y esté de buen humor.
Antes de hablar, debe determinar usted mismo el propósito de esta acción. Tener conversaciones generales sobre dinero es completamente ineficaz. Es mejor fijarse un objetivo preparando los puntos principales de la conversación.
También vale la pena calcular de antemano cuánto dinero se gastará en gastos obligatorios. Estos incluyen gastos de apartamento, comida, medicinas, educación de los niños, préstamos, etc. Si en la familia prevalece un tipo de presupuesto separado, un análisis tan detallado ayudará a analizar si los gastos se distribuyen correctamente entre los cónyuges.
Si los socios no pueden ponerse de acuerdo sobre quién gestionará exactamente el presupuesto, es necesario realizar un experimento. Así, por ejemplo, un mes un hombre administrará el dinero, el segundo, una mujer. Para el tercer mes, podéis hacer un presupuesto juntos. Al mismo tiempo, vale la pena registrar todos los gastos para comprender quién es más eficaz en la administración del dinero.
Si aún es difícil acordar un presupuesto, conviene utilizar el método de distribuir el dinero en sobres para que haya suficiente para todos los gastos. Así, por ejemplo, puedes crear sobres para comida, apartamento, salud, entretenimiento, etc.
Debes poner una determinada cantidad de dinero (o un porcentaje de los ingresos) en cada sobre. Entonces será más fácil para los socios determinar en qué dirección y cuánto gastan más dinero.
Anteriormente, enumeramos señales de que pronto llegará un nuevo amor a su vida.