La infidelidad conyugal es uno de los motivos habituales de ruptura de las parejas casadas.
Recuperar la confianza mutua después de hacer trampa es muy difícil.
Pero si ambos socios realmente quieren salvar a la familia y están dispuestos a hacer el mayor esfuerzo posible, entonces el objetivo es bastante alcanzable.
Pero es importante entender lo siguiente: tanto el tramposo como el traicionado tendrán que realizar un difícil trabajo psicológico.
Consejos para alguien que ha cometido traición
Primero, debes disculparte sinceramente con tu pareja. Incluso si hay confianza en que no habrá perdón.
En segundo lugar, una persona debe comprender por qué resultó ser un cónyuge infiel. Necesitamos descubrir qué fue exactamente lo que le llevó a engañar a su pareja.
Esto debe hacerse para detectar problemas en el matrimonio.
En tercer lugar, no se puede mentir. Si una persona decide confesarle a su cónyuge que le está engañando, no tiene sentido ocultar ningún detalle a su pareja. Sin embargo, si se da este paso, la situación sólo empeorará: el arrepentimiento será “nivelado” con mentiras.
Consejos para alguien que ha sufrido una traición
Primero, debes entender por qué ocurrió la traición. Sin un análisis exhaustivo de la situación, salvar a la familia será imposible.
En segundo lugar, debes darle una oportunidad a tu ser querido. Si el arrepentimiento de su parte es sincero y demuestra voluntad de mejorar, entonces no tiene sentido anunciar todavía el fin de la relación. Siempre tendrás tiempo para irte.
Un punto importante: tan pronto como queda claro que la pareja no quiere hacer suficientes esfuerzos para salvar la relación, entonces vale la pena romperla. Una cosa es darle una oportunidad a una persona y otra esperar un milagro.
En tercer lugar, es necesario encontrar una razón por la que desea permanecer con el cónyuge que le engañó.
Anteriormente te contamos cómo prepararte mentalmente para el divorcio.