La incapacidad de comprender a los demás, a veces sentir empatía por ellos y la incapacidad de llegar a un acuerdo son una broma cruel para un individuo. Se encuentra con algo que no le gusta, comienza a irritarse, puede comenzar a hacer reclamos y hacerlo de manera grosera.
Como resultado, no logra el resultado deseado y arruina su estado de ánimo y el de los demás. Sus relaciones con los demás pueden volverse gradualmente simplemente terribles y no se sentirá cómodo en la sociedad. Incluso puede perder gradualmente a todos sus amigos, lo que, naturalmente, no le gustará.
Si a una persona no le gusta esta situación, entonces debe desarrollar tolerancia y aprender a tratar todo con calma. Varias recomendaciones le ayudarán en este esfuerzo.
Aprende a reconocer la irritación.
Es necesario analizar su comportamiento, tratar de comprender qué lo causó. Escucharte a ti mismo es especialmente importante cuando la irritación comienza a superar.
En el transcurso de unos meses podrás elaborar una lista de situaciones que te inquietan. De esta manera se reconocerá el problema, lo que ya es un gran logro.
Toma todo con calma
A menudo una persona tiene altas expectativas que no están destinadas a cumplirse. Si no se da por vencido, eventualmente se decepcionará y comenzará a mostrar emociones fuertes.
Es muy importante en esos momentos reducir la velocidad, reducir la velocidad y darse la oportunidad de convertirse en un observador externo de lo que está sucediendo. Esto le permitirá ver detalles que antes eran invisibles y comprender por qué todo sucede como sucede. En este caso, no surgirá el deseo de criticar todo lo que nos rodea.
Desarrollar tolerancia
Una persona intolerante no puede tolerar las imperfecciones de los demás. Critica constantemente a quienes lo rodean y les hace comentarios. Deberías deshacerte de ese hábito.
Puedes hacer esto si empiezas a ponerte en el lugar de otra persona. Esto le permitirá ponerse en el lugar de otra persona y comprender los motivos detrás de ciertas acciones de los demás. En este caso, no querrás criticar las pequeñas cosas.
Se tolerante contigo mismo
Nunca debes olvidarte de ti mismo. No debes exigirte demasiado ni castigarte por cada error. Debes admitir tus defectos y hablar de tus fracasos.
Si no ocultas tus imperfecciones, los demás las notarán con menos frecuencia.
El resultado se puede obtener si estos secretos se utilizan sistemáticamente. Esto definitivamente hará que sea más fácil tener paciencia con los demás.