La positividad tóxica es un comportamiento en el que una persona demuestra una actitud hacia algo positivo cuando la situación no es propicia para ello, cuando se trata de algo grave. También puede exigir una actitud similar de los demás y reírse de quienes se toman algo demasiado en serio.
Este comportamiento suele ir de la mano de una renuencia a admitir los problemas y resolverlos. Un individuo puede hacer creer que todo está bien y que no hay necesidad de intentarlo. Esta posición puede resultar peligrosa en el futuro.
Las consecuencias de la positividad tóxica pueden ser muchas. Se deben enumerar los principales.
Empobrecimiento del espectro emocional
Si una persona siempre se anima a pensar positivamente, poco a poco puede olvidar cómo sentir algo diferente. No podrá entregarse a diferentes emociones y experimentarlas.
Como resultado, tendrá problemas para responder adecuadamente a lo que está sucediendo para poder estar en un estado natural. Y esto te irá cansando poco a poco.
Dificultad para comunicarse con los demás.
Con una positividad tóxica hacia los demás, las relaciones se deteriorarán. Un individuo que te anima a pensar siempre en lo bueno no notará los problemas reales que tienen los demás.
Se burlará de las dificultades, devaluándolas. Es poco probable que esto sea agradable para nadie. Quienes te rodean se sentirán ofendidos y se distanciarán de esa persona. No querrán compartir nada con él.
Supresión de experiencias
Las emociones negativas no desaparecen. Siempre permanecen con la persona. Si no las expresa, se instalan en su alma y se acumulan.
En algún momento explotará, perderá los estribos y comenzará a descargar su ira. Y es poco probable que haga cosas de las que luego se avergonzará.
Problemas de salud mental
Surgen si la positividad tóxica se mantiene durante mucho tiempo. La persona verá problemas, aunque no los admitirá. No los solucionará, los dejará seguir su curso, por lo que sólo empeorarán.
En este caso, se encontrará en un estado de estrés y notará que éste se ha vuelto crónico. Gradualmente, puede agotarse emocionalmente y deprimirse.
Estas consecuencias de la positividad tóxica definitivamente no son positivas. Deberías pensar en cambiar tus tácticas para evitar lo anterior.