¿Estás seguro de que tus palabras no destruyen el amor?
Incluso las frases inofensivas pueden convertirse en el principio del fin y, antes de que te des cuenta, las grietas se convierten en un abismo.
El matrimonio no se trata sólo de sentimientos, sino también de delgados hilos de confianza que se rompen fácilmente.

Una frase casual, dicha con ira o desesperación, puede iniciar una reacción en cadena.
Quizá te sorprenda saber que dices muchas de estas palabras todos los días y las consideras inofensivas.
La primera frase peligrosa es “Tú siempre…” o “Tú nunca…”. Estas generalizaciones ponen instantáneamente al socio en la posición del acusado. Suenan como una frase, no como un intento de diálogo.
En lugar de resolver el problema, le recuerdas a la persona sus errores, obligándola a defenderse.
La segunda frase es “Haz lo que quieras”. Parece un acto de libertad, pero en realidad es una agresión pasiva. Muestras indiferencia y tu pareja siente que su opinión no es importante.
La tercera amenaza es “No me importa”. Incluso dichas en un momento de cansancio, esas palabras duelen más profundamente que el conflicto directo. Matan la esperanza de comprensión.
El cuarto riesgo son las comparaciones. “Con otros maridos…” o “Lena ya ha comprado un tercer apartamento”.
Esto no es motivación, sino un golpe a la autoestima. La pareja comienza a dudar de su importancia en lugar de esforzarse por cambiar.
La quinta frase es “No me amas”. A menudo se trata de manipulación más que de dolor genuino. Al repetir esto, haces que tu pareja dude de sus sentimientos, incluso aunque los demuestre.
El sexto peligro es “te lo advertí”. Estas palabras te convierten en un profeta del fracaso y no en un aliado. En lugar de apoyo, el compañero escucha un “es culpa suya” oculto.
La séptima frase es “Necesitamos hablar”, si suena como una amenaza. El diálogo se convierte en un interrogatorio más que en una oportunidad para acercarse. El miedo a la conversación hace que la pareja evite la comunicación, lo que conduce al alejamiento.
¿Cómo evitar el colapso? Comencemos por reemplazar las acusaciones con “declaraciones en primera persona”. En lugar de decir "Nunca ayudas", di "Necesito tu apoyo".
Elimina el sarcasmo y la exageración de tu vocabulario. Escuche sin interrumpir y hágale saber a su pareja que sus sentimientos son importantes.